Era el año 1976 cuando, en Santiago de Cali, un tal Carlos Salvador Bilardo insistía en que el juego a balón parado no era un capricho del reglamento, sino un partido dentro del partido que debía trabajarse como tal. Más de 30 años después, esa dimensión antes menospreciada de la competencia se ha convertido en la batalla decisiva para definir campeones. O campeón. Porque en Colombia, desde hace un lustro, la autoridad de los aires ha estado en manos del mismo soberano.

La última canción
Independiente Santa Fe llegó a la última jornada de la Liga Águila sin haber clasificado pero con la opción de hacerlo sin depender de lo que pasara en otros estadios. Para ello, los dirigidos por Gustavo Costas tenían que vencer a Alianza Petrolera, unos de sus rivales en la lucha por entrar al grupo de los ocho, en el estadio El Campín.

En busca del escenario ideal
Imagina mientras da pasos que se hunden como su propio pensamiento. Repasa un hipotético escenario ideal, ve a Anderson Plata caer a la banda persiguiendo un pase central, raso, con un sentido muy claro, descifrable pero incontestable, un típico balón al vacío, ojalá en diagonal dentro-fuera, aunque tal vez no importa tanto cómo, sólo que poco a poco, con cada paso, desajuste la zaga de centrales

Expreso sin bandas
La idea de que Gustavo Costas es un entrenador defensivo se ha hecho lugar en el imaginario colombiano seguramente sin mayor reflexión. Si bien el cuidado del propio arco y la defensa metódica son cosas que el argentino siempre está buscando, la temporada de Independiente Santa Fe ha demostrado que su técnico reconoce cuando la pólvora está mojada

Hombres de fe
Con una mitad del corazón puesta en Lima y la otra mitad en La Paz, Independiente Santa Fe venció a Sporting Cristal con una sensación que se ha hecho habitual: sobreviviendo. Lejos de sus versiones más dominantes (ante The Strongest y ante Millonarios en el segundo Clásico)

Toma y dame en Pacaembú
Muchos siglos atrás, en la Antigua Grecia, Heráclito dejó constancia de uno de los más sustanciosos aforismos que se recuerde: “nadie se baña dos veces en el mismo río”. Amén del filósofo, el mundo es el resultado del eterno flujo cambiante. Pero el hombre, caprichoso animal, no da tregua en su afán por hallar patrones, dar orden al caos y, en definitiva, forzar la idea de que las aguas del ayer guardan relación con el ahora.

Y Santa Fe al fin disfrutó
Desde el principio hasta el final, incontestable en casi todas las fases del juego, Independiente Santa Fe redujo a la nada a un América de Cali que en los últimos cuatro compromisos entre Liga y Copa venía ofreciendo una versión fluida, renovada y eficaz en ataque.

Stracqualursi y el trancón central
El Independiente Santa Fe de Gustavo Costas hizo todo lo posible, todo lo que está a su alcance para acabar victorioso, pero no se le dio. En El Campín, sobre todo en la primera mitad, se jugó al ritmo que quiso el cuadro cardenal. Ellos pusieron las condiciones

Sin Seijas no hay paraíso
El 2014 pilló a un Wilson Morelo camino a explotar, un Luis Carlos Arias renovado en cuerpo y un Daniel Torres en plena madurez. A partir de ahí, Gustavo Costas construyó un equipo que hizo del correr su primer mandamiento, exhibiendo un nivel de intensidad pocas veces visto en lo que va del siglo.

Tal vez Kevin Salazar
No es ningún secreto que, para el Santa Fe de Gustavo Costas, un gol en contra es el comienzo del fin. Cimentado sobre la confianza, seguridad y la defensa del 0 en su arco, la moral del expreso se viene al piso tan pronto como se va abajo en el marcador