Atlético Junior es el rival a vencer. Su partido ante La Equidad de Luis Fernando Suárez, un hueso duro de roer, fue una gran vara de medida para las aspiraciones del tiburón. Su exhibición radicó en la facilidad con la que logró aquella acción que más acerca a la victoria en el fútbol: el desborde

Como tiburón en el agua
De repente nada estaba en su lugar. De repente la trama había desviado su curso lógico, a la manera del mejor teatro del absurdo, y Julio Comesaña, que anhela la Copa Sudamericana como ninguno, fue el dramaturgo estelar. La antilógica del uruguayo imperó en El Campín: Santa Fe fue preso de una presión alta y Atlético Junior impuso el ritmo en la altura bogotana como pocas veces se ha atrevido

Vértigo con buen pie
El fútbol vertiginoso y campeón del Deportes Tolima se topó en El Campín con un rival que lo superó hasta hacerlo ver mal. Esta vez no contó con Rafael Carrascal en el mediocampo y seguramente eso fue un gran condicionante, pero no deja de ser un indicio que se haya visto tan superado por un equipo que habla su mismo idioma: verticalidad, agresividad y transiciones a pleno pulmón.

Verde que te quiero verde
El amor gitano, decía Federico García Lorca, es una voz milenaria. Es una memoria, una tradición, una verdad imperecedera. Y Nacional es un gitano. Pasan los años y no hay mayor verdad que Nacional y las finales. Todos buscan separarlos y ellos resisten, con la heroicidad de quien prefiere morir antes que perder el recuerdo. Una final es una excusa para Nacional hacerle frente a los invasores de la historia, los raptores de memorias.

Una solución horizontal
El paso de Baldomero Perlaza por Independiente Santa Fe ha dejado más sombras que luces. La razón: en sus 3 años como cardenal, el tulueño no ha tenido a su cargo resolver problemas con regularidad. Esto no sólo ha opacado su jerarquía en el equipo, sino que le ha restado oportunidades para mejorar.

Fútbol enlodado
La final de ida de la Copa Colombia se jugó en un barrizal. Sí, el fútbol colombiano tiene estas cosas. Son escenarios que invitan a imaginar al deporte rey en sus orígenes: un universo de caos donde la única certeza es el error, y donde no hay otra ley que la ley del monte. Pero es nuestro fútbol y así nos gusta: manchado de barro o gozoso en la arena.

El Cali congeló el tiempo
El Deportivo Cali dio con la clave. Entre todos los partidos posibles, el que eligió jugar ayer fue, sin lugar a dudas, el que más daño le hace a Santa Fe. Con esta convicción, los dirigidos por Gerardo Pelusso afrontaron el encuentro por los cuartos de final de la Sudamericana dispuestos de principio a fin a incomodar al local, aunque aquello les costara resignar sus aspiraciones ofensivas.

Darwin Andrade ha vuelto a nacer
Gerardo Pelusso hurgó en el baúl del los recuerdos del fútbol colombiano buscando historias para volver a contar. Para contarlas mejor. En Macnelly Torres encontró la historia de un general de guerra capaz de llevar a su tropa a la semifinal de Libertadores casi en solitario, como hizo con el Cúcuta Deportivo, y entonces quiso que hiciera algo semejante en el Deportivo Cali.

Bodhert hallando salidas
El Santa Fe que enfrentó anoche Hubert Bodhert por Liga no es el mismo que enfrentó por Copa. Tras la inyección anímica del clásico capitalino por Sudamericana, el león es otro y se siente capaz de replicar el ritmo de juego de la crema y nata del FPC. Tanto así que, en el estadio de uno de los candidatos de la Liga Águila, pudo imponer su intensidad por pasajes e inquietar al Once Caldas.

Un 4-4-2 para Morelo
Ante Atlético Junior, Guillermo Sanguinetti volvió a apelar al sistema que mejores sensaciones le ha dejado en la Liga esta temporada. Y no le falta razón. Con el 4-4-2, con Seijas y Guastavino en las bandas y Morelo y Valencia en punta, Santa Fe se siente más auténtico que nunca. Pero sobre todo: su estrella, el rejuvenecido Morelo, resulta favorecida.