Poner sobre la mesa de redacción una palabra como rivalidad es servir en un plato de alto precio un manjar exquisito para un medio sensacionalista. Las rivalidades lo tienen todo para llamar la atención: desde aquel que sufre la ignominia de ser el sometido hasta la oportunidad de poder vengarse. Y las rivalidades existen y existirán mientras el humano camine el globo terráqueo.

El cuadro de Miguel Ángel
El lector se sentó en la mesa con el diario del lunes. Le dio un sorbo a su café y se fue directo a la sección de deportes. Venía el río haciendo ruido, decían los informantes allegados a la verdad que Diego Cocca dejaría el banquillo azul para irse a su país natal

Cuestión de altura
Corría el año de 1952, era un lunes 23 de junio y llovía en Nueva York. Sugar Ray Robinson tenía planeado medirse ese día frente al campeón del peso semipesado Joey Maxim. Robinson, que en ese entonces era dueño del título de campeón en el peso medio, sabía que las diferencias de peso y masa muscular

Mística en Asunción
Es la lira de Orfeo
Enamorando hermosas mujeres
Con sonidos que vienen de cauces
Donde el agua purifica los pies

Catalepsia
El último cigarrillo de la caja vacía se apaga con lentitud en el cenicero. Es la noche la que anuncia la llegada de otro día. Otro día más sin dormir. Otra mañana que llega con hierro en la garganta.

Creerse mejores
Me gusta el eco de un buen pase
Que como una piedra arrojada al agua
Va formando ondas que se conectan
Y se van perdiendo entre guayos percudidos

Bailemos lento
Son dinamita. Furia. Su mejor defensa es el puño. Todo es rabia, adrenalina, de cero a cien. A México lo abofetearon una y otra vez, sin clemencia, porque este Chile juega con sangre en el ojo.

Esperando por el Medellín
La mano del técnico no se ve tan solo en lo que se trabaja entre semana. Hay momentos decisivos, una vez en los 90 minutos, en que los técnicos tienen que demostrar que saben de fútbol.

Recuerdos de un Cali noventero
Martín Zapata puso el balón en el punto penal como siempre lo hacía. Caminó dándole la espalda al arco, mientras sus compañeros, con tranquilidad, aseguraban que él no fallaría. Miró de frente a Marcos, arquero del Palmeiras, y miró al juez central. El silbatazo sonó y Zapata empezó su carrera frontal hacia el balón.

Fuego en el Atanasio
El DIM-Junior era un partido de corazonadas. Con la cantidad de material, en ataque, que tienen ambos equipos, el partido mantenía a los espectadores con un pálpito constante de que el gol podía llegar en cualquier momento.